Jose Gonzalez Castro

José González Castro, cariñosamente conocido como "El Tejano", fue un esposo amoroso, padre dedicado y servidor de su fe que tocó la vida de muchas personas durante su tiempo en esta tierra. Nacido el 29 de marzo de 1950 en Potrerillos, Jalisco, México, trajo alegría y risas a todos a su alrededor hasta su fallecimiento el 6 de octubre de 2024 en Canoga Park, California.

 Para su esposa, María de la Luz González Martínez, José no solo fue un cónyuge, sino un compañero en todo el sentido de la palabra. Su amor y compromiso mutuo crearon un hogar cálido, lleno de risas, alegría y recuerdos entrañables. José era especialmente conocido por su espíritu juguetón—siempre bromista, tenía una habilidad única para hacer reír a quienes lo rodeaban. A menudo se le encontraba apareciendo de manera inesperada para jugar con sus nietos, trayendo sonrisas y una sensación de alegría que solo un abuelo puede impartir.

 Como un hombre de familia devoto, estaba inmensamente orgulloso de sus hijos: Miguel González, Joe Alfredo González y Noemí Torres González, a quienes guió con amor y sabiduría. Su familia fue su mayor logro; trabajó incansablemente para proveerles y les inculcó valores que moldearon sus vidas. La dedicación inquebrantable de José hacia sus hijos era evidente en todo lo que hacía. Enfatizaba la importancia de la fe y el servicio, un legado que ellos continuarán en sus propias vidas.

 A pesar del dolor de la pérdida, la familia recuerda a José con cariño como un hombre que apreciaba tanto la vida como su fe. Se sabía que José se levantaba antes del amanecer—frecuentemente despertaba a las 3:00 o 4:00 AM—para leer su Biblia y orar, asegurándose de que su viaje espiritual fuera tan enriquecedor como la vida familiar que cultivaba. Su rutina diaria incluía dirigir la oración y limpiar la iglesia con un fervor que mostraba su dedicación. Realmente se preocupaba por las almas de los demás, asumiendo la responsabilidad de predicar y conectarse con quienes lo necesitaban, a menudo caminando kilómetros los sábados para compartir su fe con la comunidad.

 La personalidad de José era una mezcla de calidez, amabilidad y una generosidad increíble. Siempre ofrecía una mano amiga cuando era posible, sin dudar en apoyar a los vecinos o amigos en necesidad. Su firme dedicación a servir a su Señor y Salvador Jesucristo fue un aspecto significativo de su identidad, guiando sus acciones y pensamientos a lo largo de su vida.

 El vacío que deja José se siente no solo en su familia inmediata, sino también en los amigos y miembros de su congregación que tuvieron la bendición de conocerlo. También tenía una relación muy cercana y especial con su yerno, Kevin. A veces lo acompañaba a evangelizar lo quería como a unos de sus hijo. Le sobreviven su amada esposa, María, y sus hijos, Miguel, Joe Alfredo y Noemí. Ahora se une a las filas de aquellos que se han ido antes que él, incluidos sus queridos hijos, José Alfredo González, José Adrián González y David González, quienes lo recibirán con los brazos abiertos.

 José deja un legado arraigado en los corazones de quienes amó y sirvió. Su espíritu continuará inspirando a otros, recordándoles el impacto profundo de la dedicación, la risa y la fe. El mundo es un poco más sombrío sin su sonrisa radiante y sus alegres risas, pero su memoria vivirá a través de las historias y el profundo amor compartido entre familiares y amigos.

 Se llevará a cabo una velación el 16 de octubre de 2024 en Centro Apostolico Apocento Alto en Northridge, California, de 9:00 AM a 10:00 AM. A continuación, se realizará un servicio fúnebre a las 10:00 AM y un servicio en el cementerio en Glen Haven and Shalom Memorial Park en Sylmar a la 1:00 PM. Mientras nos reunimos para celebrar la hermosa vida de José, lo recordamos no con tristeza, sino con gratitud por el tiempo que compartimos juntos y el amor que nos brindó a todos.